Residencias universitarias
Alberto Chicote pone el foco en «las intoxicaciones alimentarias y la mala calidad de la comida», denunciadas por universitarios que se alojan en residencias de estudiantes de Madrid, Andalucía y Castilla La Mancha. Hace poco más de dos meses se creó una situación de alerta alimentaria en la Residencia Duque de Ahumada, para hijos y familiares de miembros de la Guardia Civil. Al menos 80 jóvenes sufrieron episodios de gastroenteritis y todavía hoy los afectados desconocen las causas de la posible intoxicación. No es la primera vez que trascienden quejas por la calidad de la comida y las condiciones de conservación de los alimentos. Unas normas muy estrictas amenazan con la expulsión a las estudiantes que han hecho público en ‘¿Te lo vas a comer?’ esta situación. Estudiantes alojados en la Residencia Rector Estanislao del Campo, dependiente de la Universidad de Sevilla han recurrido al programa para denunciar «menús incomibles, fruta podrida, excesos de fritos y alimentos mal cocinados». Las familias pagan un mínimo de 700 euros al mes por habitación doble y media pensión a la que no pueden renunciar. En Ciudad Real, los universitarios de cuatro residencias públicas, Don Quijote, El Doncel, José Maestro y José Castillejo, gestionadas por la Junta de Castilla La Mancha entregan a Alberto Chicote pruebas gráficas de las quejas constantes por la comida que se ofrece en los respectivos comedores. Aseguran que tienen que entregar partes médicos para conseguir que les proporcionen menús más saludables. Del millón y medio de alumnos que cursan estudios superiores en España, 330.000 lo hacen fuera de su lugar de origen. Andalucía y Madrid son las comunidades que más estudiantes acogen de fuera, y vivir en una residencia universitaria es una de sus opciones. Hay casi mil distribuidas por toda la geografía española, pero ¿quién las gestiona?, ¿qué controles sanitarios pasan?